Veinte poemas de amor y una canción desesperada - Pablo Neruda

Bueno chic@s  he de reconocer que me ha costado un poquito más de la cuenta elegir el libro para esta nueva entrada y es que son muchos los libros que he leído y muchísimos más los que me faltan por leer, de ahí mi dilema, finalmente y tras romperme la cabeza durante días he decidido hablar de Pablo Neruda, no podía dejar de lado a otro de mis autores predilectos y el género de la poesía, que me encanta.
Probablemente la mayoría de vosotros en alguna ocasión habréis leído aunque sólo fuera un fragmento de alguno de sus poemas, yo descubrí a este gran poeta en mi adolescencia y como me ha pasado con el resto de los autores, de entre sus obras hay una que me ha marcado, un poema que se me grabó a fuego, mi preferido, que tantas y tantas veces he leído y que pertenece a su libro "Veinte poemas de amor y una canción desesperada." Es el poema número 20 y hoy es para vosotros.




Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» 

El viento de la noche gira en el cielo y canta. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 

Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, 
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


Espero que os haya gustado y que os anime a leer poesía a los que no lo habíais hecho hasta ahora, es un género precioso, cargado de sentimiento y de alma, merece la pena dedicarle un momento a este tipo de lectura. Una vez más gracias por vuestras visitas y por vuestros comentarios, hasta la próxima entrada.

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