Lo que queda por decir de "El primer beso que nos dimos", mi octava novela.
Siempre que conozco a alguien, cuando se entera de que escribo, me preguntan sobre cómo es mi proceso creativo. ¿Cómo surgen las ideas para una nueva historia? ¿Cómo creas los personajes? ¿Ya sabes el final antes de comenzar a escribir?...
Para mí, escribir es como respirar, con el paso de los años, se ha convertido en algo imprescindible y necesario, sin lo que sé que no podría vivir. Y, también, es algo que está íntimamente ligado a mis emociones y mis sentimientos. De hecho, en base a esto, tenía la idea o el pensamiento, de que cuando peor estaba es cuando más y mejor escribía. Y lo digo en pasado porque, después de esas etapas oscuras por las que he transitado, he descubierto que la felicidad y sobre todo, la paz mental, me ha abierto otras puertas en cuanto a lo que a la escritura se refiere. Sin embargo, no puedo evitar pensar que, esa alusión que siempre se hace en cuanto al alma torturada de los artistas, tiene bastante fundamento.
Y te estarás preguntando a qué viene todo este rollo si la entrada hace referencia a mi última novela. Pues, la razón es muy simple: El primer beso que nos dimos, fue el principio de una terapia psicológica que sabía que necesitaba realizar para poder curar unas heridas que eran mucho más profundas de lo que imaginaba.
La historia de Kay y Joel, comenzó a forjarse en mi cabeza, antes de trasladarse al papel. Era agosto del año 2022, durante esas semanas me levantaba antes del amanecer, me sentaba en mi terraza de mi casa en la provincia de Pontevedra, unas veces a mi libreta la acompañaba una taza de infusión caliente, otras, simplemente, me ponía la capucha de la sudadera y me quedaba con la vista fija en la silueta de la montaña, mientras el sol la perfilaba y el cielo, adquiría la tonalidad que acompaña a un nuevo día.
El primer beso que nos dimos, tiene una sinopsis muy breve, apenas unas líneas, que quizá dejan entrever muy poco de lo que esconde esta historia. Aunque, me aseguré, de poner una advertencia de contenido, sé que a muchos les sorprenderá cuando la lean, encontrar ciertos temas en una novela New Adult, que a simple vista, podría parecer una novela romántica juvenil al uso.
Kay, no es una adolescente normal o, tal vez, es mucho más normal de lo que nos gustaría creer, su historia es difícil y dura. Casi desde el inicio, se tratan temas como el suicidio, la depresión y se habla de la importancia que tiene y que debería tener para nosotros la salud mental. Me parece que, hoy en día, el foco tendría que estar en esto precisamente, en asegurarnos de estar bien, darle más culto a la mente y no tanto al cuerpo.
Sé que much@s (o eso espero), se van a sentir identificados con varias situaciones o experiencias que tienen tanto Kay como los personajes secundarios de la historia.
Por supuesto, que vais a encontrar amor en la novela, pero, amor de todas las clases y en varias facetas de la vida. Y el más importante y el que tendemos más a olvidar: el amor propio.
Esta es mi octava novela y, aunque a todas las demás, también les he dedicado una entrada en la web, en el momento de su publicación, con esta, no estoy siguiendo ninguno de los esquemas conocidos, porque El primer beso que nos dimos, tiene su propio esquema, su propia hoja de ruta y yo, como buena escritora de brújula que soy, me estoy dejando llevar y dejo que sea ella, quien marque el ritmo...
A continuación, os dejo su sinopsis y el enlace a la tienda de Amazon, donde puedes encontrarla tanto en formato digital como en papel, por supuesto, puedes escribirme si quieres un ejemplar firmado y te diré cómo conseguirlo.
SINOPSIS DE EL PRIMER BESO QUE NOS DIMOS.
Tras su primer beso, el corazón de Kay está cubierto por una coraza que no solo la protege sino que, también, la aísla del mundo que la rodea.
Si has llegado hasta aquí, te doy las gracias por leerme y espero que le des una oportunidad a la novela. Te prometo que, como mínimo, te hará SENTIR, así en mayúsculas y, recordar aquellas primeras veces que dejan huella en nuestras vidas.
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