2022 El año en el que empecé a coleccionar rechazos y algunas cosas más.

Feliz año!! 

A principios del año pasado (2022) llevaba ya algunos meses poniendo en marcha mi nueva estrategia laboral o, más bien, mi nueva meta (ya sabéis que solía ponérmelas y aún no tengo muy claro si esto es bueno o malo), en fin, no sé muy bien cómo pero acabé leyendo sobre el mismo artículo en un par de blogs literarios y, la filosofía que se plasmaba en ellos, reconozco que me cautivó. Sobre todo porque, poco tiempo después recibí el primer rechazo del año y haber leído sobre esto me ayudó a llevarlo mejor.

En total he conseguido más de treinta rechazos y de proyectos fallidos,  el último rechazo lo recibí el día 8 de diciembre (hace un mes) y, no me sentí mal ni por un segundo, gracias a que he interiorizado que en realidad no son rechazos sino oportunidades de mejorar, de crecer y de aprender. La escritora Kim Liao, que es sobre quien iban referidos esos artículos que leí a comienzos de año dijo lo siguiente:

>> A finales de 2011, una amiga escritora me estaba contando su experiencia de meses de tiempo ininterrumpido para escribir, gracias a sus becas en Millay Colony Ragdale y Yaddo. Me impresionó el nivel tan alto de aceptación que había tenido. Probablemente tengas tú también alguna amistad así (ya sabes de lo que hablo, ese amigo que es un escritor fantástico pero que, además, parece ganarlo todo). Apenas podía creerme que tuviera narices de presentarse a tantas becas y patrocinios (y mucho menos conseguirlos), incluyendo una beca universitaria de prestigio, y a publicaciones en revistas de las que hasta había oído hablar.

Le pregunté cuál era su secreto y dijo algo que cambiaría mi vida como escritora: "Colecciona rechazos. Ponte metas de rechazo. Conozco a alguien que aspira a conseguir cien rechazos en un año, porque si trabajas lo suficiente como para conseguir tantos rechazos, también te llevarás algún sí".

El año pasado fui rechazada cuarenta y tres veces por revistas literarias, patrocinios y becas. Es mi mejor récord después de empezar a buscar cien rechazos al año. Es más duro de lo que suena pero, también, más gratificante.>>

2022 también ha sido el año de mi bajada a mi infierno particular, un lugar en el que no es nada agradable estar, en mi anterior visita (sí no era la primera vez que estaba en ese lugar) ya había experimentado lo que la ansiedad y el estrés podían hacerle a mi cuerpo y, más importante, a mi cabeza. Ahora, en este nuevo descenso, me acompañaba algo aún más peligroso y mucho más difícil de manejar: la depresión. Qué palabra más horrible pero, a la vez, qué reconfortante es ponerle nombre a todo lo que estás experimentando, creo que el punto de inflexión llegó precisamente cuando me atreví a verbalizar esa palabra,  porque es cuando comencé a mejorar y a ver las cosas de otra forma, a darme cuenta de que nuestra cabeza, a veces, es muy cabrona (me vais a permitir que escriba tacos, es mi forma normal de expresarme) y te hace transitar por sitios de los que es muy complicado salir. 

Cada vez tengo más claro que la salud mental es algo que todos, sin excepción, deberíamos cuidar. Por eso, siempre que tengo ocasión recomiendo ir a terapia (yo tengo que volver, ya he estado hablando con varias psicólogas amigas para hacerlo). 

Y, no sé si en esto también soy rara (como en otros muchos aspectos de mi vida) pero, para mí escribir siempre ha sido y será una vía de escape para esos momentos en que todo se vuelve negro y oscuro, y es cuando peor estoy cuando más escribo (no sé si mejor), probablemente porque es la fórmula que siempre he utilizado para acallar a mis demonios (que conviven conmigo desde la infancia y la adolescencia) esos que aparecieron a la vez que mi armadura y el muro que me separa de toda persona que comienzo a conocer, es la protección que uso para que no vuelvan a hacerme daño, mi mecanismo de defensa, no enseñar mi verdadero yo nada más que a unos pocos, a los que considero que se han ganado ese derecho. Transitar por mi infierno particular, me ha hecho fijarme y tener más conciencia sobre aspectos de mi vida que para nada he superado, aspectos como el bullying que sufrí durante años, tan arraigados en mi subconsciente, las frases como: "no eres buena", " no sirves", "no eres suficiente", suelen estar adornando las paredes de ese lugar y me empeñaba en leerlas en voz alta hasta que no escuchaba nada más...

El mundo parecía un lugar triste y monótono, bueno, más bien, era MI mundo el que se volvió así, hasta que lanzaron una cuerda al interior del pozo donde sentía que estaba atrapada, tal vez no fue de la forma más correcta, ni del modo más adecuado pero, yo la cogí y me agarré a ella con uñas y dientes, dispuesta a salir y a volver a respirar. Al contrario que caer, que es rápido, subir es un proceso mucho más largo y en ese punto es en el que siento que estoy ahora mismo, subiendo y agarrada al borde del pozo, a punto de salir.

Os hablaba al principio de esta entrada de que en 2022 empecé a coleccionar rechazos pero, lo cierto es que llevaba mucho más tiempo haciéndolo aunque de forma totalmente inconsciente, hace más de dos años que no publico una novela, llevo más de un año sin terminar la última novela de mi saga La Cueva de la Moura y es ahora, cuando llevo cuatro meses escribiendo otra historia cuando siento que he vuelto a conectar conmigo misma, con mis ganas, con todo lo que trata de abrirse camino en mi interior y que sale en forma de textos. Esta nueva historia me ha servido como terapia, pero a la vez he ido haciendo los cambios que necesitaba para soltar lastre y avanzar. 

A veces, la vida se empeña en golpearnos y en tirarnos al suelo una y otra vez, nos rodeamos de personas y de voces (a veces incluso es la tuya propia) que nos dicen que no puedes hacer algo, que no vas a conseguir tus objetivos o que no te mereces el éxito que has conseguido o que esperas conseguir, pero es entonces cuando debemos ser más listos, debemos aprender de separar el ruido de todo aquello que escuchamos, darle prioridad a estar bien con nosotros mismos, a aceptarnos tal y como somos, a mejorar aquello que nosotros creamos que debemos mejorar (no lo que otros creen que debes cambiar). 

No os voy a mentir, para mí los cambios y el ser impulsiva, no es algo que me salga de forma natural, para mí, que soy una persona sumamente cuadriculada y perfeccionista en exceso, hacer cambios y de forma radical, me cuesta muchísimo y paso largos periodos de tiempo preguntándome si he hecho lo correcto, si me he equivocado...pero, este año, lo he hecho o más bien he recibido un empujón de parte de algunas amigas para hacerlo, he dado un salto, he cambiado todo aquello que me hacía seguir estancada y, para sorpresa y asombro de mi mente cuadriculada y perfeccionista, lo he disfrutado y lo estoy disfrutando mucho. 

Todos, en algún momento, hemos tendido a romantizar la escritura o la figura del escritor/a, como un proceso lleno de belleza, como una profesión maravillosa y, aunque en muchos aspectos es así, lo cierto, es que nunca nada es tan perfecto, tan bonito, ni tan fácil y que el proceso de escribir para mí, se parece mucho más a desgarrarse y abrirse en canal, a dejar que salga todo lo que llevas dentro, a sentirse vulnerable después de hacerlo, a vaciarse por completo sobre un trozo de papel...

La palabra escrita, tiene un poder brutal sobre aquel que la lee pero es aún más brutal sobre aquel que la escribe, al menos, yo lo siento así. 

En fin, llevo divagando en esta entrada varias horas (leo, releo, escribo, borro) y, a modo de resumen, os diré que me siento bien ahora mismo, con el trabajo y con los proyectos que tengo entre manos, que no quiero poner mis esperanzas en este año 2023, ni fijarme objetivos, quiero ir poco a poco, luchando, trabajando y consiguiendo progresos día a día.

Por último, pero no menos importante, si has estado o estás pasando por una situación parecida a la que te he contado en esta entrada, pide ayuda (si es que aún no lo has hecho) y ve a terapia.

Os leo en los comentarios.  



Comentarios

  1. Eres una campeona. Te quiero. Y ya verás como empiezas a cosechar miles de éxitos muy pronto. Aun así te digo que ya has conseguido muchos, aunque a veces no los veas. Mil besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias por tus palabras, guapa!! Yo también te quiero. Estoy en proceso de ver y de creerme todas esas cosas buenas. Un besote muy grande.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares