1000 vistas del blog...gracias a todos
Es increíble el blog lleva abierto desde el mes de julio y ya ha recibido mas de mil vistas, muchas gracias a todos, granito a granito esto se está haciendo más grande.
Por eso, para daros las gracias y como un pequeño aperitivo a continuación os publico un poco del primer capítulo de "Dando en la Diana" espero que os guste...
Por eso, para daros las gracias y como un pequeño aperitivo a continuación os publico un poco del primer capítulo de "Dando en la Diana" espero que os guste...
CAPÍTULO I
Aeropuerto
de Madrid-Barajas, once de la noche, el avión procedente de Nueva York acaba de
aterrizar, en él viajan dos amigas, Diana y Sofía. Vuelven de un viaje de
negocios que ha durado cinco días menos de lo previsto, no obstante había sido
un éxito.
Diana
estaba feliz, ahora sólo le quedaban cinco días de trabajo para después
disfrutar de sus quince días de vacaciones, por fin podría estar con su novio
Pedro, ya que en los últimos meses había viajado mucho y le había descuidado un
poco. Hoy le daría una sorpresa, estaba deseando llegar a casa.
Por
su parte a Sofía no le esperaba nadie en casa, más que su gato, que sin duda
también se alegraría de que estuviera en casa pero no era lo mismo que una
pareja, hacía ya mucho que había decidido no tenerla para dedicarse plenamente
a su trabajo, envidiaba la relación que tenía Diana con Pedro siempre se les
veía tan felices y además tenían planes de futuro juntos. Se decía a sí misma
que ahora no tenía tiempo para esas cosas y que algún día también ella tendría sus
propios planes de futuro.
-
Oye Di, ¿Qué
te parece si de camino a casa vemos el proyecto?, así adelantamos trabajo para
mañana y podemos ir más tarde a la oficina, así Pedro podrá darte la bienvenida
como es debido…- dijo Sofía riendo a la vez que le guiñaba un ojo a su amiga.
-
Por mí
estupendo, debemos tener todos los cabos bien atados antes de presentárselo a
nuestro querido jefe, ya sabes lo quisquilloso que es.
Tras
esperar el cuarto de hora de rigor para recoger sus maletas, se dirigieron a la
salida del aeropuerto, encontraron un taxi en seguida y durante el trayecto a
través de sus Pda´s le mandaban un email a su jefe acordando la reunión para
comentar el proyecto de Nueva York. Una hora después las dos amigas se
despedían, Sofía era la primera en bajarse aunque vivían muy cerca la una de la
otra a ciertas horas es mejor no andar sola por la calle.
Diana
entró sigilosa en su casa, Pedro seguramente ya estaría durmiendo, dejó las
maletas en el pasillo, de repente oyó unas risas que venían del dormitorio,
Pedro se habría dejado la televisión encendida como siempre, más risas, ¿de una
mujer?, ahora se escuchan ¿gruñidos?,
¿qué está pasando ahí? Definitivamente no es la tele, se acerca y saca fuerzas
de flaqueza para presionar el picaporte, la puerta se abre de golpe, la escena
que aparece ante sus ojos tiene que ser mentira, Pedro está en la cama
con…¿quién es esa? Ve que Pedro empieza a mover los labios, ¿le está hablando?,
no oye nada solo un pitido, la chica intenta escapar y pasa al lado de Diana
que sin saber cómo ya le ha enganchado el pelo con la mano y le grita, pero
sigue sin oír nada. Pedro por su parte ya se había levantado y se había puesto
los calzoncillos intentando en balde que Diana soltara a la chica, cuando lo
consiguió Diana volvió a oír, Pedro no paraba de excusarse pero Diana no quiso
escuchar nada de lo que decía, aún no asimilaba lo que estaba pasando, se
dirigió al vestidor, cogió una maleta, la abrió y empezó a meter dentro toda la
ropa de Pedro que fue encontrando, él le había seguido hasta allí y continuaba
con sus justificaciones, lo único que se le quedó en la cabeza a Diana fue “Di,
lo siento, yo te quiero ya lo sabes” y “¿Qué querías qué hiciera? pasas mucho
tiempo fuera de casa”, ¿Estaba insinuando que la culpa de que el le pusiera los
cuernos era de ella? Increíble.
-
¡Tu no tienes
vergüenza ni has oído hablar de ella! ¿Cómo te atreves a decirme encima que qué
quería que hicieras? Yo quería que me quisieras lo suficiente como para
entender que si viajo tanto en mi trabajo, es para conseguir más dinero, para
empezar nuestra vida juntos. Pero me equivoqué, tu no me quieres, has estado todos estos meses
viviendo a mi costa, gastándote el dinero que yo gano con esa fulana, pues bien
se acabó, te vas ahora mismo de mi casa, pídele a alguno de tus amigos que
venga a por el resto de tus cosas porque no quiero volver a verte en mi vida,
¿te ha quedado claro? – Diana se mantuvo firme y serena a pesar de que por
dentro se le estaba desgarrando el alma.
Sólo
cuando Pedro hubo cruzado la puerta en dirección al ascensor Diana se derrumbó, le dolía el
corazón literalmente, con la mano se sujetaba el pecho mientras se sentaba en
el sofá y lloraba desconsoladamente, aquí se acababan años de amor
incondicional, se había acabado la ilusión y la felicidad, ¿qué iba a hacer
ahora?, no sabía estar sola, llevaba prácticamente toda la vida con Pedro y
ahora se empezaba a dar cuenta de lo obvio, que en los últimos tiempos de la
relación Pedro hablaba mucho más a menudo por el móvil, le ponía excusas para
salir solo con sus amigos los fines de semana, ella no le había dado
importancia, pensaba que si quería salir más con sus amigos era porque al fin y
al cabo ella estaba mucho tiempo fuera
de la ciudad y ellos eran su principal apoyo cuando se sentía sólo. Necesitaba
hablar urgentemente con Sofía.
-
¿Qué pasa Di?
¿Qué se te ha olvidado?- Contestó Sofía al otro lado del teléfono. Acababa de
llegar a casa y después de darle los mimos de turno al gato se había sentado a
mirar el correo.
-
Sofí yo…yo…-
la voz de Diana sonaba quejumbrosa.
-
Di ¿Qué te
pasa? Dime me estás asustando.
-
Pedro…El…estaba,
estaba con otra en nuestra cama, Sofi por favor se que es tarde pero…¿puedes
venir? Te necesito por favor.
-
No te
preocupes Di, voy a coger algo de ropa y voy para ahí, ¿de acuerdo? Quédate
tranquila.
A
Sofía le costó tres horas y dos tazas de té que Diana se durmiera, por la
mañana le dejó una nota y se marchó a la oficina. Cuando se despertó, tardó
unos minutos en comprobar que lo que había pasado era real, Pedro no estaba y
no volvería a estar. A partir de ese día, los que le siguieron fueron oscuros y
solitarios, no quería ver a nadie, ni siquiera a Sofía, al único que vio fue a
su hermano Manu, que fue a verla nada más enterarse de lo ocurrido, las demás
personas se limitaban a llamar y a dejar mensajes en el contestador,
compadeciéndola, todo le resultaba patético, ¿Cuánto tiempo tendría que pasar
para que no le doliera tanto?
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